Julio 11, 2024
La insolvencia es una situación jurídica que se presenta cuando una persona no puede cumplir puntualmente con el pago de sus deudas. Esta figura está disponible para las personas naturales no comerciantes, permitiéndoles celebrar un acuerdo que les permita regularizar sus obligaciones crediticias.
En Colombia, la insolvencia no es exclusiva de las empresas; las personas naturales no comerciantes también pueden verse en la necesidad de acogerse a este proceso para enfrentar sus dificultades financieras. Este mecanismo legal ofrece una solución ordenada y equitativa tanto para el deudor como para sus acreedores.
En este blog, te proporcionaremos una explicación detallada sobre qué es la insolvencia de persona natural no comerciante, su marco legal, sus beneficios y el funcionamiento del proceso, con el objetivo de brindarte una comprensión completa y práctica de esta herramienta jurídica.
La insolvencia de persona natural no comerciante es un procedimiento legal que permite a los individuos que no se dedican a actividades comerciales reorganizar sus deudas o liquidar sus bienes para satisfacer a sus acreedores. Este proceso está regulado por el Código General del Proceso (Ley 1564 de 2012, específicamente en los artículos 531 a 576.)
Como lo detallamos antes, La insolvencia de persona natural no comerciante se refiere a la situación en la que una persona, que no realiza actividades comerciales, se encuentra incapacitada para cumplir con sus obligaciones financieras. Este régimen está diseñado para proporcionar un mecanismo legal que permita a estas personas renegociar sus deudas y encontrar una solución viable que proteja tanto a los deudores como a los acreedores.
Los beneficiarios de este régimen son aquellos individuos que no generan ingresos de actividades comerciales y que enfrentan dificultades significativas para pagar sus deudas. El objetivo es ofrecer una salida legal y estructurada que facilite la recuperación financiera del individuo.
Para que una persona natural no comerciante pueda acogerse a este régimen, debe cumplir con ciertos requisitos:
El régimen de insolvencia ofrece varios beneficios tanto para el deudor como para los acreedores. Uno de los principales beneficios es la protección del deudor en situación financiera difícil, permitiéndole negociar un acuerdo de pago que le permita ponerse al día con sus obligaciones sin perder todos sus activos. Además, el proceso ayuda a prevenir el detrimento patrimonial, protegiendo los bienes esenciales del deudor.
Otro beneficio significativo es la posibilidad de evitar procesos judiciales prolongados y costosos. Al negociar directamente con los acreedores y llegar a un acuerdo, se puede ahorrar tiempo y recursos que de otro modo se gastarían en litigios.
El proceso de insolvencia para una persona natural no comerciante comienza con la declaración de insolvencia. Para esto, el deudor debe presentar una solicitud ante la autoridad competente, demostrando su incapacidad para cumplir con sus obligaciones financieras. Es importante que el deudor prepare una documentación detallada que refleje su situación financiera actual, incluyendo todos sus activos y pasivos.
Una vez iniciado el proceso, se procede a la negociación de las deudas. El objetivo principal es llegar a un acuerdo de pago con los acreedores. Durante esta etapa, se pueden proponer diferentes modalidades de pago que sean viables para el deudor y aceptables para los acreedores. Es importante resaltar que declararse insolvente no extingue la obligación de pagar las deudas; más bien, busca facilitar un plan de pago realista y sostenible.
La entidad competente realizará un estudio exhaustivo de la situación patrimonial o financiera del deudor. Este análisis es fundamental para verificar si realmente el deudor carece de los medios necesarios para cumplir con sus obligaciones. Se evaluarán todos los activos del deudor para determinar la mejor forma de liquidar las deudas sin causar un detrimento significativo a su patrimonio.
Será fundamental que el deudor entienda que el proceso de insolvencia no elimina su obligación de pagar las deudas.
Durante el proceso, el deudor debe cumplir con todas las condiciones establecidas en el acuerdo de pago. Esto incluye realizar los pagos acordados en el tiempo estipulado y proporcionar información financiera precisa y actualizada.
El incumplimiento de estas obligaciones puede resultar en la terminación del acuerdo y la reanudación de las acciones legales por parte de los acreedores. Por lo tanto, es fundamental que el deudor se adhiera estrictamente a los términos del acuerdo.
El proceso de insolvencia de personas naturales no comerciantes está regulado por la Ley 1564 de 2012, la cual establece el procedimiento y las condiciones bajo las cuales una persona puede declararse insolvente. Según esta ley, el proceso de insolvencia incluye varias etapas, desde la presentación de la solicitud hasta la aprobación del acuerdo de pago y su implementación.
Los deudores y los acreedores deberán estar bien informados sobre sus derechos y obligaciones durante el proceso. La asesoría legal es fundamental para garantizar que todas las partes comprendan plenamente los términos del acuerdo y las implicaciones legales del mismo.
El proceso de insolvencia se divide en varias etapas que aseguran una resolución justa y equitativa tanto para el deudor como para los acreedores:
El Centro de Arbitraje y Conciliación de la Cámara de Comercio de Bogotá establece las tarifas para casos de insolvencia de persona natural no comerciante según el monto total del capital de las deudas.
Las tarifas comienzan en $4,710,736 (sin IVA) para montos de crédito entre 1.000,91 UVT y 1.501,36 UVT, incrementándose progresivamente con el monto de la deuda. Estas tarifas incluyen tanto los gastos administrativos como los honorarios del conciliador, más el IVA correspondiente.
*Tarifas expresadas en pesos corresponden al UVT calculado para el 2024.
A pesar de los beneficios, el proceso de insolvencia también enfrenta varios desafíos. Uno de los principales desafíos es la estigmatización social asociada con la insolvencia.
Muchas personas temen declararse insolventes por miedo al juicio social y la pérdida de reputación. Sin embargo, es crucial entender que la insolvencia es un mecanismo legal diseñado para ayudar a las personas a recuperarse financieramente y no debe ser visto como un fracaso personal.
Asesorarse con abogados expertos en insolvencia de personas naturales y empresas es esencial para enfrentar los desafíos asociados con este proceso. Nuestro equipo de profesionales no solo proporcionan el conocimiento necesario para gestionar la documentación y los trámites legales, sino que también ofrecen el respaldo y la orientación necesarios para superar el miedo al juicio social y asegurar una resolución favorable.
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